
Óleo sobre lienzo, 313x281 cm.Emilio Sala [1850-1910].
“Los judíos, que habían tenido aviso de lo que pasaba, recurrieron a su poderosa política ordinaria para granjearse la protección de los reyes; comisionaron a uno de los suyos para hacer un donativo de 30.000 ducados, con destino a los gastos de la guerra con los moros; pero esta negociación fue desconcertada de un modo violento por el inquisidor general Torquemada, el cual, entrando en el salón del palacio donde los reyes daban audiencia al comisionado judío, y sacando un crucifijo de debajo de los hábitos, lo presentó, exclamando: Judas Iscarote vendió a su maestro por 30 dineros de plata; Vuestras Altezas le van a vender por 30.000; aquí está; tomadle y vendedle”. Y dicho esto arrojó el crucifijo sobre la mesa, y salió. Los reyes se quedaron aterrados.” (William Prescot “El Reinado de los Reyes Católicos”).
El cuadro recoge el momento en que los Reyes Católicos firman el Edicto de Expulsión (31, marzo, 1492) por el que los judíos residentes en España debían abandonar la península en el plazo de 3 meses bajo pena de muerte, salvo los bautizados al cristianismo.
Los ojos de las niñas se abrieron como platos ante la lectura dramatizada de la historia de Torquemada, narrada por Prescot. A la mañana siguiente temprano, la niña mayor se levantó y se unió a mi. Nos sentamos una frente a otra, yo pasando al portátil las explicaciones de los cuadros, ella escribiendo un poema inspirado en cada uno. Fueron entonces mis ojos los asombrados. La niña estaba rodeada de musas y me quedé asombrada de que, a tan corta edad, recordase tantos detalles de las historias de los cuadros y escribiese los poemas a toda velocidad y con gran pasión .
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