jueves, 29 de noviembre de 2007

Doña Juana La Loca (1887).

Óleo sobre lienzo, 340x500 cm. Francisco Padilla [1848-1921].

El lienzo despliega la más bella visión romántica de la figura de la Reina Juana I de Castilla (1479-1555); personaje en cuya historia se reunían la pasión de un amor no correspondido, los celos desmedidos y la necrofilia.

La escena se desarrolla durante el Viaje de la Cartuja de Miraflores a Granada acompañando el féretro de Felipe el Hermoso, su marido. Componían la comitiva multitud de prelados, eclesiásticos, nobles y caballeros: seguía una larga procesión de gente de a pié y de a caballo con antorchas encendidas.

La joven Reina tiene la mirada completamente enajenada, el perfil de su vientre acusa su avanzada gestación de la infanta Catalina de Austria y muestra en su frágil mano las dos alianzas que testimonian su viudedad.

Las dos niñas comprendieron mejor la historia de Doña Juana. La mayor se fijó en la tristeza ante el amor perdido. P y yo nos quedamos atrapados por la estética del cuadro, las velas ardiendo al viento, el manto flotando, el humo de la hoguera atravesando el cuadro y las nubes grises llenando el cielo. El dolor de la reina presente en cada pincelada.

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