jueves, 29 de noviembre de 2007

Doña Isabel la Católica dictando su testamento (1864).

Óleo sobre lienzo, 290x400 cm. Eduardo Rosales [1836-1873].

Obra cumbre de la pintura española de historia del siglo XIX.

La Reina doña Isabel murió en Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504. el 12 de octubre del mismo año, otorgó su célebre testamento. En la penumbra del dormitorio regio del Castillo de la Mota aparece tendida en su lecho con un dosel rematado con el escudo de armas de Castilla.

Ordena con una inclinación de su mano la escritura de su última voluntad, que dicta al escribano Gaspar de Gricio. Junto al lecho está sentado el abatido rey Fernando.

La Reina Católica fijó en su testamento el destino de la monarquía española y la unidad de sus reinos. su hija Juana es la princesa heredera, se encuentra de pie junto a su padre mostrando la resignada aceptación de los inminentes y graves acontecimientos.

El soberbio tratamiento de la luz, destaca la figura de la reina que refuerza su protagonismo gracias a la claridad de la lencería que la envuelve. El pintor plasma el ambiente denso y cargado del aposento de la moribunda.

Las figuras están construidas con una asombrosa seguridad de dibujo junto a un toque deshecho de pincel.

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