jueves, 29 de noviembre de 2007

La muerte de Viriato, jefe de los lusitanos (1807).


Óleo sobre lienzo, 307x462 cm. José de Madrazo [1781-1859)
Es la pintura más emblemática del Neoclasicismo español.

La obra es la exaltación heroica de la figura del caudillo lusitano Viriato, defensor de la libertad de la península frente a la invasión de las tropas de Roma.

Este célebre General sostuvo la guerra 14 años contra el poder de Roma, en los cuales venció 6 veces a sus ejércitos, obligando en la última derrota al Cónsul Romano a hacer con él una paz vergonzosa, pero no conformándose con ella, sobornó a los 3 primeros oficiales del ejército: Audaz, Ditalkon y Minuros para que se deshicieran de su general. Aquellos pérfidos traidores sacrificaron a su Jefe librando a Roma de su enemigo en el año 139 a.C.

En el cuadro, los soldados lusitanos encuentran a su General muerto sobre un lecho en su tienda de campaña y lloran su pérdida. Los dos soldados que salen por la derecha levantan sus espaldas y prometen venganza.
La visita a la exposición llega a su fin. Las niñas parecen encantadas, pero no son las únicas. Un niño de rostro dulce y mirada inteligente, que nos había seguido, se acercó a mi tímidamente y me preguntó donde había comprado las fichas que sostenían mis manos y que habían sido mi chuleta durante la visita. Le respondí que no las había comprado sino que las había preparado yo. Que había pegado las fotos de los cuadros y anotado en cada una la historia del cuadro, para poder contársela a las niñas. El niño se despidió con aire triste. Yo quedé inmóvil, impactada por el breve encuentro. Después me lamenté de no haber pedido al niño (a su abuela, que le acompañaba) la dirección de su casa para enviarle las fichas tras ser publicadas aquí.

Los poetas contemporáneos. Un lectura de Zorrilla en el estudio del pintor (1846).

Óleo sobre lienzo, 144x217 cm. Antonio María Esquivel [1806-1857)].

Obra emblemática del Romanticismo español e icono por excelencia del panorama intelectual de la Corte Isabelina. Es el mejor testimonio gráfico de la perfecta simbiosis que durante el Romanticismo madrileño mantuvieron las artes y las letras, de la que fue expresión máxima el Liceo Artístico y Literario; sociedad creada en 1837, de importancia capital en el panorama cultural de la España romántica.

El pintor recrea en él una reunión imaginaria de los más importantes escritores de su tiempo, congregados en su propio estudio para escuchar la lectura de una obra de José Zorrilla, narrada por el propio escritor ante la presencia del artista, que abandona momentáneamente su trabajo para escucharle.

La estancia es espaciosa, de techos altos, con un gran ventanal por el que penetra la luz natural, que ilumina la sala. Los muros están forrados con lienzos, algunos pintados por el propio Esquivel y otros de su colección, realizados por maestros antiguos de la pintura española: Juicio Final, Colón ante los Reyes Católicos, el Martirio de San Andrés, una Inmaculada.


A las niñas les llama la atención este cuadro. En él hay muchos poetas y la mayor se siente identificada: "Mira papá son poetas, como yo". P hace llamar su atención sobre la ausencia de mujeres en la obra: "Hija, en ese momento de nuestra Historia la mujer no jugaba ningún papel en la vida pública de España". La mente de la niña imaginó la versión actual del cuadro: una reunión de poetas y poetisas... una sonrisa dibujó su rostro.
Divertido fue para las niñas descubrir que un personaje situado a la izquierda del cuadro las miraba fijamente. No importaba hacia que lugar de la sala del museo se desplazasen pues los ojos inquisitivos de aquel hombre las seguía. Las risas de las niñas inundaron la sala durante un momento y nos dimos cuenta de que unos niños, que nos habían seguido durante toda la visita, también reían.

Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches (1853).

Óleo sobre lienzo, 126x89 cm.Federico de Madrazo [1815-1894].

Obra cumbre de la retratística romántica española. También es el retrato más atractivo y seductor de Madrazo. A ello contribuye la belleza y juventud de la modelo que posa sentada en un llamativo sillón. Luce un vistoso vestido de raso azul con un corpiño ajustado de generoso escote. Destaca la aporcelanada blancura de la piel de la dama ante un fondo oscuro.

Amalia de Llano y Dotres nació en Barcelona en 1821, contando 32 años cuando Madrazo la retrató. El 12 de diciembre de 1839 casó con Gonzalo José de Vilches, quien obtendría el título de conde de Vilches en 1848. Destacada defensora de los postulados monárquicos desde la caída de Isabel II. Fue escritora aficionada y distinguida amazona. Murió el 6 de julio de 1874, dedicándole entonces un largo poema el político y estadista Antonio Canovas del Castillo, publicado en la Ilustración española y Americana cinco años después (en el suplemento del número del 8 de julio de 1879, pp. 19-22).

La condesa y su marido frecuentaban la casa del pintor al que les unía un vínculo de amistad.

Tobías y el ángel (1858-1863).



Óleo sobre lienzo, 198x118 cm. Eduardo Rosales [1836-1873].



El lienzo ilustra el pasaje bíblico en el que el arcángel San Rafael indica al joven Tobías, sentado junto a él, que extraiga la hiel de un gran pez que asoma en el agua, para curar con ella la ceguera de su padre:


“ Y ellos, emprendieron su camino, llegaron por la tarde a orillas del río Tigres, y pernoctaron allí. Y el muchacho bajó a bañarse y saltó del río un pez enorme, y quería tragarle. Mas el ángel le dijo: coge el pez y tíralo hacia ti” y asió el muchacho al pez enorme, y quería tragarle. Mas el ángel le dijo: Coge el pez y tíralo hacia ti. Y asió el muchacho al pez y lo tiró a la tierra. Y le dijo el ángel: Despedaza el pez, y toma el corazón, el hígado y la hiel, y resérvalos en seguridad. Después se lo comieron... El corazón y el hígado, cuando alguien perturbaba un demonio o espíritu malo, hay que encenderlos y que humeen delante del hombre o la mujer que sea, y de cierto no le perturbará más; y la hiel es para untar con ella al hombre que tenga cataratas en los ojos, y quedará sano” (Tobías y el pez del río Tigris. Tobías 6: 1-4).

Según la Biblia Tobías se lanzó al agua a por el pez siguiendo las instrucciones del ángel. Sin embargo, el pintor retrata el momento en que Tobías tiene miedo y no queda claro si finalmente se atreverá a cumplir la misión que le ha sido encomendada.

La estructura de la composición del cuadro y los patrones estétiperfil de un arco de medio punto, utilizado por esta escuela en las imágenes de devoción.cos de sus modelos humanos siguen las claves de la estética nazarena, rematando su parte superior con el perfil de un arco de medio punto, utilizado por esta escuela en las imágenes de devoción.

Doña Isabel la Católica dictando su testamento (1864).

Óleo sobre lienzo, 290x400 cm. Eduardo Rosales [1836-1873].

Obra cumbre de la pintura española de historia del siglo XIX.

La Reina doña Isabel murió en Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504. el 12 de octubre del mismo año, otorgó su célebre testamento. En la penumbra del dormitorio regio del Castillo de la Mota aparece tendida en su lecho con un dosel rematado con el escudo de armas de Castilla.

Ordena con una inclinación de su mano la escritura de su última voluntad, que dicta al escribano Gaspar de Gricio. Junto al lecho está sentado el abatido rey Fernando.

La Reina Católica fijó en su testamento el destino de la monarquía española y la unidad de sus reinos. su hija Juana es la princesa heredera, se encuentra de pie junto a su padre mostrando la resignada aceptación de los inminentes y graves acontecimientos.

El soberbio tratamiento de la luz, destaca la figura de la reina que refuerza su protagonismo gracias a la claridad de la lencería que la envuelve. El pintor plasma el ambiente denso y cargado del aposento de la moribunda.

Las figuras están construidas con una asombrosa seguridad de dibujo junto a un toque deshecho de pincel.

Las hijas del Cid, romance XLIV del “Tesoro de Romanceros” (1871).

Óleo sobre lienzo, 231x308 cm. Dióscoro Puebla [1832-1901].
El episodio del ultraje de las hijas del Cid por los condes de Carrión sirvió de excusa a los pintores de historia del siglo XIX para probar su habilidad en el domino del desnudo femenino.

Estos son los versos que inspiraron al artista:

“Al cielo piden justicia
de los condes de Carrión
ambas las fijas del Cid
doña Elvira y doña Sol

A sendos robles atadas
Dan gritos que es compasión
Y no las responde nadie
Sino el eco de su voz”

Las maniatadas hijas del Cid aparecen semidesnudas y atadas a un árbol en medio de un bosque de robledales de Corpes donde tras ser mancilladas fueron abandonadas por sus esposos, los condes de Carrión Diego y Fernando, que huyen por el claro del fondo a caballo tras cometer su felonía.

Expulsión de los judíos de España (año 1492) (1889).


Óleo sobre lienzo, 313x281 cm.Emilio Sala [1850-1910].
“Los judíos, que habían tenido aviso de lo que pasaba, recurrieron a su poderosa política ordinaria para granjearse la protección de los reyes; comisionaron a uno de los suyos para hacer un donativo de 30.000 ducados, con destino a los gastos de la guerra con los moros; pero esta negociación fue desconcertada de un modo violento por el inquisidor general Torquemada, el cual, entrando en el salón del palacio donde los reyes daban audiencia al comisionado judío, y sacando un crucifijo de debajo de los hábitos, lo presentó, exclamando: Judas Iscarote vendió a su maestro por 30 dineros de plata; Vuestras Altezas le van a vender por 30.000; aquí está; tomadle y vendedle”. Y dicho esto arrojó el crucifijo sobre la mesa, y salió. Los reyes se quedaron aterrados.” (William Prescot “El Reinado de los Reyes Católicos”).

El cuadro recoge el momento en que los Reyes Católicos firman el Edicto de Expulsión (31, marzo, 1492) por el que los judíos residentes en España debían abandonar la península en el plazo de 3 meses bajo pena de muerte, salvo los bautizados al cristianismo.
Los ojos de las niñas se abrieron como platos ante la lectura dramatizada de la historia de Torquemada, narrada por Prescot. A la mañana siguiente temprano, la niña mayor se levantó y se unió a mi. Nos sentamos una frente a otra, yo pasando al portátil las explicaciones de los cuadros, ella escribiendo un poema inspirado en cada uno. Fueron entonces mis ojos los asombrados. La niña estaba rodeada de musas y me quedé asombrada de que, a tan corta edad, recordase tantos detalles de las historias de los cuadros y escribiese los poemas a toda velocidad y con gran pasión .

Doña Juana La Loca (1887).

Óleo sobre lienzo, 340x500 cm. Francisco Padilla [1848-1921].

El lienzo despliega la más bella visión romántica de la figura de la Reina Juana I de Castilla (1479-1555); personaje en cuya historia se reunían la pasión de un amor no correspondido, los celos desmedidos y la necrofilia.

La escena se desarrolla durante el Viaje de la Cartuja de Miraflores a Granada acompañando el féretro de Felipe el Hermoso, su marido. Componían la comitiva multitud de prelados, eclesiásticos, nobles y caballeros: seguía una larga procesión de gente de a pié y de a caballo con antorchas encendidas.

La joven Reina tiene la mirada completamente enajenada, el perfil de su vientre acusa su avanzada gestación de la infanta Catalina de Austria y muestra en su frágil mano las dos alianzas que testimonian su viudedad.

Las dos niñas comprendieron mejor la historia de Doña Juana. La mayor se fijó en la tristeza ante el amor perdido. P y yo nos quedamos atrapados por la estética del cuadro, las velas ardiendo al viento, el manto flotando, el humo de la hoguera atravesando el cuadro y las nubes grises llenando el cielo. El dolor de la reina presente en cada pincelada.

Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en la playas de Málaga (1887-1888).


Óleo sobre lienzo, 390x600 cm. Antonio Gisbert [1834-1901].

Este cuadro constituye uno de los grandes manifiestos políticos de la pintura española en defensa de la libertad del hombre aplastada por el totalitarismo.

Gisbert fue designado por el Ministro de Fomento, Eugenio Montero Ríos, para pintar un gran cuadro histórico que fuera ejemplo de la defensa de las libertades para las generaciones futuras, inmortalizado en el fusilamiento del General Torrijos (1791-1831) hizo varios intentos desde su exilio en Inglaterra de sublevarse contra Fernando VII tras su vuelta al trono. Fue víctima de una emboscada preparada por el Gobernador Vicente González Moreno, quien le había asegurado el triunfo de la rebelión si embarcaba desde Gibraltar hacia Málaga. En su trayecto la embarcación fue abordada por el “Neptuno”. Fueron apresados y fusilados en las playas malagueñas el 11 de diciembre “por el delito de alta traición contra los sagrados derechos de la soberanía de S.M.”.


Era viernes y fuimos con las niñas a visitar la exposición temporal de la ampliación del Museo del Prado, dedicada a la pintura española del XIX. Al entrar en el museo P se retrasó y entré yo sola con las niñas. Cómo explicar un cuadro de tema histórico a dos niñas, de ocho y seís años, que me miraban esperando que las palabras salieran de mi boca. Me temblaron las piernas pero, tras dos segundos de indecisión, las palabras comenzaron a fluir con entusiasmo y decisión. La historia se conviertió en cuento y los ojos de las niñas brillaron satisfechos. Mi corazón se encendió.