viernes, 19 de junio de 2009

Soneto CXVI. Shakespeare.

Let me not to the marriage of true minds
Admit impediments. Love is not love
Which alters when it alteration finds,
Or bends with the remover to remove:

O no! it is an ever-fixed mark
That looks on tempests and is never shaken;
It is the star to every wandering bark,
Whose worth's unknown, although his height be taken.

Love's not Time's fool, though rosy lips and cheeks
Within his bending sickle's compass come:
Love alters not with his brief hours and weeks,
But bears it out even to the edge of doom.

If this be error and upon me proved,
I never writ, nor no man ever loved.

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¡Que a matrimonio de alma y alma verdadera
no haya impedimentos! No es amor amor
que al encontrar alteraciones él se altera
o se agacha a cavar con el demoledor.

Oh no, él es hito fijo que por siempre dura
mirando a la borrasca que a sus pies se estrella;
es para toda errante barca la alta estrella,
cuyo valor se ignora, aunque toméis su altura.

No es juguete del Tiempo amor, si labios granas
caen dentro del compás y siega de su aguja,
Amor no muda con sus horas y semanas,
sino hasta el borde del abismo aguanta y puja.

Si todo esto es error y contra mí probado,
yo nunca he escrito, y nunca ningún hombre amado.

La Belleza. Baudelaire.

La Beaute

Je suis belle, ô mortels! comme un rêve de pierre,
Et mon sein, où chacun s'est meurtri tour a tour,
est fait pour inspirer au poëte un amour
Éternel et muet ainsi que la matière.

Je trône dans l'azur comme un sphinx incompris;
J'unis un coeur de neige à la blancheur des cygnes;
Je hais le mouvement qui déplace les lignes,
Et jamais je ne pleure et jamais je ne ris.

Les poëtes, devant de mes grandes attitudes,
Que j'ai l'air d'emprunter aux plus fiers monuments,
Consumeront leurs jours en d'austères études;

Car j'ai, por fasciner ces dociles amants
De purs miroirs qui font toutes choses plus belles:
Mes yeux, mes larges yaux aux clartés éternelles

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La Belleza

Soy bella, oh, mortales, como un sueño de piedra,
y mi seno, donde a todos por turno nutrió,
está hecho para inspirar al poeta un amor,
eterno y mudo como la materia.

Incomprendida esfinge, yo reino en el azul;
un níveo corazón junto al blancor del cisne,
detesto el movimiento que desplaza las líneas,
y jamás lloro como jamás río.

Los poetas, delante de mis gestos altivos
que parecen copiados de antiguos monumentos,
consumarán sus días en árida labor;

Pues tengo para fascinar a estos dóciles amantes,
puros espejos que hacen todas las cosas más bellas:
¡mis ojos, mis profundos ojos de eterna claridad!

miércoles, 3 de junio de 2009

La primavera besaba. Antonio Machado.

"La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
—recordé—, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!"


El calor del verano prematuro me ha despertado esta madrugada. Para intentar regresar al sueño he recordado nuestra visita a Lupiana al inicio de la primavera. Colgados de las ventanas, árboles y farolas encontramos poemas de Antonio Machado y otros poetas. Si la memoria no me falla "La primavera besaba" era uno de ellos. Qué hermoso me pareció ver que, en lugar de flores, la primavera había florecido poemas.